El pasado viernes 3, el Club Deportivo del SAG organizó una
cena de despedida a Don Héctor Maldonado, quien luego de 44 años de trabajo,
deja nuestro servicio para jubilarse.
En una de las nuevas
entradas, les entregaremos una breve biografía laboral de nuestro compañero de
tantos años.
Mientras, les dejamos una foto y copia de la intervención
del Presidente de la AFSAG.
Felicitamos nuevamente y agradecemos a la Directiva del Club
Deportivo por la organización de la cena, que resultó de las mejores que se han
visto en nuestro quincho ¡¡¡¡¡
Estimadas-estimados:
Hoy estamos acá para despedir a Don Héctor, que deja de
trabajar en el SAG, por haberse acogido a jubilación.
La palabra jubilación tiene un origen hebreo y otro
latino.
En el primer caso tiene su origen en la ley de Moisés,
que estableció que una vez cumplidos los 49 años (siete veces siete) debía
celebrarse una fiesta –denominada yobel-
para dedicarse a reflexionar, meditar y volver a la esencia de la vida, pero
siempre con gozo y alegría. El año nº 50 se dedicaba pues a disfrutar con
júbilo de lo que se había conseguido en los años anteriores.
Esto dio lugar al término latino jubilatio, jubilationis,
que significa gozo, alegría, júbilo.
¡ Nos queda claro entonces, que en esa época no había AFP !
Sin embargo, hay algo tanto o más importante que relevar
y aprovechamos esta oportunidad porque la persona que nos convoca es un ejemplo
notable.
Nos refiero a la meritocracia. Es decir, la posibilidad de
partir de abajo, de bien abajo, e ir, demostrando con trabajo y esfuerzo, que
se puede ir subiendo, que se puede ir mejorando el ingreso, junto con las
capacidades, dentro de un sistema que, con sus limitaciones, lo permitía y
lo estimulaba.
¿ Por qué digo que Don Héctor es un ejemplo notable? Porque
para los que no saben, el partió contratado como jornal, a mediados de los
sesenta. No fue por casualidad, ni por
filiación política ni por obsecuencia con la jefatura de turno que se posicionó
como un funcionario ejemplar y logró pasar de ser un jornal, hasta llegar a ingresar
al estamento administrativo, cumpliendo a cabalidad variadas funciones, más
allá de su formación original, en distintas localidades y como se hacía en
aquellos tiempos, con medios precarios, bajo aislamiento, con mínimas comunicaciones.
Como todos, pasó bajo jefaturas benévolas y otras
hostiles. Probó los frutos dulces de la amistad y el compañerismo y los amargos
del chaqueteo, como todos nosotros. Nada más ni nada menos, entregó su vida
laboral a nuestra institución y pudo a cambio construir un hogar estable, una
familia como dios manda, logro que estoy
seguro, atesora con la más profunda satisfacción.
Para qué seguir extendiéndonos si creo que todos los aquí
presentes, especialmente los que ya llevamos más camino recorrido sabemos de
qué se trato esto, de la vida misma.
Si lo breve es bueno y lo más breve doblemente bueno,
especialmente en lo que a discursos se refiere así que, para terminar, en
nombre de la Directiva Regional de la Asociación de Funcionarios del Servicio
Agrícola y Ganadero y del Presidente Nacional con quien conversé hoy, le entregamos
nuestros más potentes deseos de armonía, de bienestar y de larga
y buena vida y no decimos adiós, sino que simplemente hasta pronto.
Nuestro Quincho: elegante y a la altura
Don Héctor y su señora esposa
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